viernes, 15 de febrero de 2013

Castelgandolfo y Nápoles

Aunque Castelgandolfo es a Nápoles lo que el Papa al padrino, los guionistas del periodismo licántropo, el que ejerce de lobo para el hombre, siguen empeñados en vincular la renuncia de Benedicto XVI  con la última película de la trilogía de Coppola. Así que enturbian la noticia para aguarle las vacaciones al obispo de Roma, tarea en la que se empeñan porque, al no considerar la debilidad física un motivo de fuerza mayor, les resulta inconcebible que sustituya el Papamóvil por la vespa.
El periodismo ramplón, que sintetiza el asunto con pinceladas de brocha gorda, sugiere que el Sumo  Pontífice se da de baja por acoso laboral. Lo que, mira por donde, contraviene el perfil que la propia prensa de trinchera acuñó para el Papa cuando Benedicto era Joseph. Que se sepa, sería la primera vez que un puñado de cuervos ahuyenta a un rottweiler.
Al considerar más importante el por qué que el para qué determinada prensa demuestra que tiene a la obcecación por jefa de sección. Y pocas ideas, como  aclaran las preguntas de saldo que ha hecho al portavoz de El Vaticano, Federico Lombardi. Una de ellas, clave para el devenir la economía internacional, pide luz sobre la paga de jubilado que le quedará a Benedicto. Otra, que parece patrocinada por sector textil milanés, exige taquígrafos para conocer si mantendrá el atavío blanco cuando deje el cargo. A tenor del cuestionario, para estos periodistas Benedicto no es ya más que un valioso adorno en la casa de Pedro. Pobres. Para mí que los que le comparan con un jarrón chino no salen nunca del mueble bar. 

2 comentarios:

  1. Para mí,el Papa Benedicto XVI,sea luego nuevamente Cardenal Ratzinger o simplemente un anciano sacerdote cansado,será alguien a tener en cuenta en mi oración diaria,agradecido por su ejemplo. Lo demás,prescindible totalmente,amigo Javier.

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  2. Escribes lo que pienso. Buen día.

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