lunes, 23 de diciembre de 2013

Un niño sin globo

Ahora que ni Rita está en nómina. Ahora que el trabajo de moda consiste en deambular de ocho a tres con las manos en la espalda. Ahora que el desahucio es la viga maestra en viviendas con vistas al banco y embaldosadas con cláusula suelo. Ahora es el tiempo. Por eso ahora habla Francisco de la importancia para la dignidad del hombre del techo y el jornal, de la sala de estar y el laburo.
Cada vez que Francisco abre la boca baja el pan, pero los dueños de la tahona no tienen previsto repartirlo entre los hambrientos, aunque guardan las apariencias. Los prebostes de la izquierda le aplauden. Los caciques de la derecha le elogian, pero ni unos ni otros buscan hogar a los desheredados, que amontonan sus ronquidos en las aceras cubiertos con cartones, las mantas Paduana de los perdedores. Sin plata y sin amor del prójimo, les queda la salud, es cierto. Pero la salud, sin dinero, es un niño sin globo. Y el dinero, sin salud, un globo sin niño.

2 comentarios:

  1. En primer lugar,feliz Navidad.He estado ausente estos días celebrando los 50 años de casados de mi hermana y cuñado,algo entrañable.
    La dignidad del hombre la lleva siempre puesta y no se pierde salvo que el ser humano renuncie a ella.Un abrazo.

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  2. Un abrazo. Lee el artículo de hoy. Feliz Navidad.

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