sábado, 27 de octubre de 2012

Publicanos tóxicos


Antes entra un rico por el ojo de una aguja que un banco malo en el redil del buen pastor. Y hay pocos que no lo sean, como acredita el caso del comerciante de Granada que se ha quitado la vida horas antes de que le desahuciara una entidad financiera que tiene el corazón en números rojos. Tal debe de ser su calaña que me juego doble contra sencillo a que cuando saque el piso a subasta lo hace bajo el reclamo de liquidamos.
Aunque en esta película basada en hechos reales se sabe quién es el malo desde los títulos de crédito, la responsabilidad civil subsidiaria es del que en lugar de legislar a favor del débil da cobertura legal al allanamiento de morada. Lógico: como sobre el amplio catálogo de bienes inmuebles de sus señorías no pende ninguna hipoteca parece que no va con ellos la cuestión de quedarse sin recibidor. Seguro que pondrían más interés si tuvieran que vérselas con el TAE.
La resolución del problema exige imaginación al poder. Tal vez el gobierno debería proponer simultáneamente a Unicef y a la Unesco que se catalogara la canción el patio de mi casa como patrimonio intangible de la humanidad para impedir el desalojo de niños felices. O tal vez debería de escuchar a la Conferencia Episcopal, que ha pedido que se promulgue una norma que aborte el trasvase forzoso entre el buen provecho y el comedor social.
Arguye el clero que el banco no gana nada cuando deja a una familia al cielo raso. Esa es la pena. Tal vez debería ganar para sustos esta gente especializada en meter miedo. Más que nada porque no le quita el sueño dejar a muchos sin cama. Le da igual a quién. De nacer este diciembre Jesucristo tendría San José que preguntar antes al dueño del pesebre si lleva el préstamo al día para impedir el desahuicio en una fecha tan señalada. Hay que dar gracias a Dios de que estos publicanos tóxicos no estuvieran en Belén la noche del parto.  

2 comentarios:

  1. Quien es capaz de quitarle una modesta casa a un pobre anciano enfermo es un macho de la cabra en todos los sentidos.
    Creo que el Señor haría un buen látigo con cordeles y entraría en Bankia y similares.
    Un saludo.

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  2. No tiene ninguna explicación lo que hacen unos y lo que no hacen otros. Un abrazo.

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