viernes, 29 de noviembre de 2013

Alegrarle el día

El pueblo llano católico entiende bien la alusión de Francisco a la misericordia como inhibidora del temor a la muerte. El creyente sabe que ejercer la caridad es justamente lo opuesto a convertirse en el más rico del cementerio. Así que el mensaje del Papa ha caído en terreno abonado y, en consecuencia, dará treinta, setenta o ciento por uno porque no hay nada más productivo que considerar al prójimo como el jugador que falta para echar un once contra once. Y no porque su presencia en el equipo sea imprescindible, sino por lo contento que se pone.
La misericordia, para serlo, requiere alegrarle el día al de fuera. No es el alcanfor que preserva el fondo de armario del católico, esto es, la fe entendida como camisa limpia para estar guapo uno mismo, sino el vehículo de transmisión que utiliza el creyente para contagiar el bien. Por eso resulta apropiado que el Pontífice recuerde la importancia de aportar bondad a la biología, que no es la hermana atea del espíritu, sino el enlace con la vida eterna. Al fin y al cabo, RIP, en traducción libre, significa ahora viene lo bueno.

2 comentarios:

  1. Recuerdo a mi madre,que fue quién me transmitió la fe esencialmente,que me decía: si hay un niño junto a ti que no tiene bocadillo para la merienda(merendábamos en la calle,jugando...)le tienes que dar un pedazo,para que no sienta envidia. Esos principios te hacen desarrollar,con la ayuda de Dios,otros que favorecen la caridad,la misericordia,el perdón y te lleva a poner tu confianza en Dios porque sí tú eres capaz de hacerlo,¿Cómo Dios no lo va a hacer conmigo?.Un abrazo.

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  2. Nuestros padres siempre nos han dado buenos ejemplos. Y qué decir de nuestro Padre. Un abrazo.

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