Quiero decir con esto que entiendo a los pescadores que en
alta mar, cuando el Atlántico se pone farruco, se encomiendan a la Virgen del
Carmen en vez de hacerlo a Isabel, la del atún. Y también a los que, puesto que
corren peligro en tierra, como los guardias civiles, beben los vientos por la del Pilar en lugar de trasegar chacolí en la herriko taberna, que es para ellos la
galerna del Cantábrico.
A la protección de la Patrona se une ahora el deseo del
Papa, quien pide a la benemérita fuerza espiritual para no flaquear en el
importante servicio que presta a España. No hay que ser experto en ánimo para
saber que la salutación de Benedicto XVI conforta más a los agentes que el adiós muchachos que le
propina parte de la sociedad civil que los quieren fuera de sus lindes. Y también
que la bofetada interna propinada a cuatro manos por los dos guardias que
pidieron la retirada de la imagen de la Virgen de su cuartel. Vaya par de
números.
Los marineros aman tanto a la mar como quieren a nuestra Sra.del Carmen.De la mar sacan su sustento-y el nuestro-o vigilan nuestros mares en esa Armada de azul oscuro que invoca a la Estrella de los mares,eterna ventura...(soy hijo de un sargento de esa Armada).
ResponderEliminarEn cuanto a la Benemérita,este año,en mi Canfranc,en esa fiesta de Nuestra Señora del Pilar,fui quien dio el grito de ¡Viva la Guardia Civil! en la Eucaristía de manera espontánea ante el silencio y que nadie se atrevía a hacerlo. Los dos guardias que estaban a mi lado me dieron con sus codos en señal de aprobación. ¡Ah!,son mis vecinos,a los que regalé una pequeña imagen de la Virgen con el manto del Cuerpo. Sé que están bajo su protección.Un abrazo,Javier.
Yo también te habría dado un codazo de aprobación. Un abrazo.
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