Mal que les pese, la imaginería laica es la que es. No hay
punto de comparación entre la entrada de Jesús en Jerusalén y el mutis del clan
actoral que se sale de madre cada vez que habla de la Iglesia, a imitación de
los provocadores que piden permiso para sacar a la calle los pasos cambiados,
en lo que se ven que son amigos de meter la uña en el ojo ajeno sin considerar
lo bonito que es. La talla del Cristo del Silencio habla por sí sola de la
contribución de la fe a la belleza, digan lo que digan los bocazas.
La minoría que con cháchara descreída propone sustituir la versión
escultórica de la palabrita del niño Jesús quiere hacer la pascua con guante de seda, pero mona se
queda. Entre otras cosas porque es más trascendente el Domingo de Ramos que la revolución de los
claveles y hay más vida en el de Resurrección que en el entierro de la sardina. En cuanto al Viernes de Dolores habrá que informarles de que no se
refiere a la onomástica de La Pasionaria.
Cualquier capitel del monasterio viejo de S.Juan de la Peña habla más de Dios que las charadas blasfemas de los que se odian a sí mismos sin saberlo,Javier.
ResponderEliminarEn mi Cartagena natal,cualquier imagen de Salzillo mueve a piedad al menos,cuando no a fe,sencilla y profunda,porque la fe es sencilla y profunda siempre o no es fe.La razón la nutre,pero la fe es una luz interior.
Estas gentes que atacan a Cristo(algo iluso porque no se puede atacar a Dios,sino a sus hijos,que es igual de malvado)no tienen un fin en la vida,no tienen un sentido aunque se llenen de polvo blanco,de otros polvos o de progresía vacía. Están huecos para amar,no llenan su alma porque creen no tenerla.
¡Qué pena!. Un abrazo.
Buscan provocar. Mejor no hacerles el juego. Un abrazo.
ResponderEliminar