Si no es así, no percibo el problema. Y si lo hay, que empiece
el baile. Aunque una regla de tres no es una menstruación compartida, hay que
aplicarla en casos sangrantes, como el presente. La sentencia es tan
disparatada que, por extensión, posibilita acabar con el reloj de pulsera, con la
esclava que no es del Señor, sino de plata, con los pendientes de aro y con los
pañuelos anudados a la cabeza con los que operan los cirujanos colegas para
meter el susto en el cuerpo al paciente inglés.
Es de prever, sin embargo, que nadie impida al personal
sanitario lucir estos ornamentos porque la estrategia no pesigue acabar con un peligro
potencial sino con el símbolo consolidado de la cristiandad. Cuestionar
la presencia de la cruz es paso obligado para prohibir después la extremaunción
en los hospitales a pesar de que cura y sanación son términos tan sinónimos que nada encaja mejor que el
sacramento en el apartado de cuidados paliativos del alma. Deberían de entender que no hay mejor
testamento vital que el de los evangelistas.
Pienso que todos estos tribunales tan asépticos(es un decir)y tan anticristianos,es una afirmación,pincharán en hueso en España.No por especial catolicidad,sino porque aquí,a pesar del zapaterismo estúpido que hemos vivido,cpaz de mezclar Champion League,vamos,Liga de Campeones,con la economía,las personas somos capaces aún de mostrar el cruciijo recibido en la 1ª Comunión o la medalla de la Virgen del Pilar(¡que nos lo digan a los aragoneses!),pero aún más,será muestra de fe el llevar dignamente al cuello el signo de la Redención.
ResponderEliminarUn abrazo,Javier.
La cruz es salvación, no peligro. Verlo de otra manera es estar ciego. Un abrazo.
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