Desde ese glorioso mediodía el Ángelus es una celebración
luminosa. De ahí que el contraste realce la oscuridad del desnudo parcial de cuatro
mujeres durante la celebración de la anunciación en El Vaticano en protesta por
la actitud de la Iglesia católica con los homosexuales. Como la plaza de San
Pedro no es una playa de Benidorm, hubo revuelo por el destape, con paraguazo incluido,
reacción que ha sido más criticada que la propia acción, lo que, ya que estamos
en el ámbito de la poca ropa, viene a ser como cargar las tintas en la dama que
se espanta del exhibicionista en lugar de poner de chupa de dómine al hombre de
la gabardina.
En cualquier caso, sorprenden los ataques contra una
institución que, puesto que no tiene capacidad legislativa, se limita
a mostrar el camino sin imponerlo. Van a por ella simplemente porque opina
contracorriente desde el amor. Es decir, porque demuestra que se puede oponer a
las bombas de racimo sin recurrir a la mala uva. Y esto es algo que no soporta el
intransigente, quien, si quiere, tiene a pesar de todo un lugar reservado en el paraíso. La Iglesia es así: no desea
que le llegue su San Martín ni siquiera a quienes le tienen envidia cochina.
Hace unos años presencié en mi Zaragoza una "manifestación"(¡como se corrompe el lenguaje!)de unos sujetos que protestaban contra no sé qué bien. Yo me manifestaba con dos personas más(tres en total)en memoria de los asesinados por la ETA. Bien,nosotros llevábamos tres banderas de España y un cartel que decía: ¡Dignidad y Justicia!,ellos,en bicicleta,iban en pelota picada,con riesgo de dejarse las partes nobles atravesadas como un espetón de sardina en el sillín. Los vaivenes de glándulas mamarias,de penes,testículos,los jardines floridos y demás aditamentos,te puedo jurar,amigo Javier que aumentaban mi castidad más que suscitar mi líbido... Un abrazo.
ResponderEliminarMe lo creo. Un abrazo.
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