Como quiera que la aportación dominical de la feligresía es de origen dudoso -vete a saber si los cincuenta céntimos de la anciana no son dinero negro- el enriquecimiento ilícito planea sobre las cuentas de la Iglesia, que también llena sus arcas con el aporte voluntario de los padrinos de bautizos, bodas y comuniones. Así que echemos números: 20 euros del cepillo, 70 del casamiento y 10 velas encendidas a 20 céntimos la llama dan como resultado casi 100 de los grandes. Lo suficiente para mercar el percutor.
Si el protagonista del chiste hubiera sido un yeyé en lugar de un hippy no habría tenido tanta gracia porque un yeyé era a un hippy lo que Peret a Jimmy Hendrix. Por lo mismo, si la sentencia en lugar de al clero se hubiera dirigido a un fundación sindical habría sido menos jaleada por la progresía, que de seguir así las cosas pedirá a la judicatura que investigue si elevar durante la Eucaristía la sagrada forma, toda bondad, es un tipo de alzamiento de bienes.
Uno no sabes si ese juez no pasó de primero de Derecho como algún otro político que tiene un ático o simplemente,la neurona que debe tener en la cabeza choca con las paredes del cráneo.
ResponderEliminarNerón debió ser un niño de jardín de infancia comparado con algunos otros,amigo Javier.
Deben de creer que sí le hacen pagar el IBI se tambaleará el edificio de la Iglesia. Van listos. Buen día.
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