Porque no fue un sermón de denuncia, sino de amor. Cabe, desde luego, que el laicismo se pregunte qué
sabe un cura de amor. Pues hombre, mucho. De hecho, ama hasta el extremo. El amor, en
lenguaje laicista, lleva adherida la coletilla de en tu casa o en la mía, en tanto
que en boca del clero desemboca siempre en la del Padre.
El católico, homosexual o no, transita desde el amor el
camino de salvación que enlaza la vista previa, que se celebra en el
confesionario, donde el latín redentor aplica ego te absolvo sobre el mea culpa, con la Parusía, el escenario en el que los
agraciados con el perdón, homosexuales o no, celebrarán por todo lo alto la
fiesta de fin de curso.
Desde aquellos primeros cristianos arameos,los siguientes,de todas las iglesias de Asia,a Roma,centro de la Iglesia porque Pedro,el sucesor fue allí crucificado en nombre del Maestro,llegamos a nuestra época,amigo Javier.
ResponderEliminarSe siguen dando actor de amor hacia los enfermos de SIDA,de tuberculosis,de cualquier enfermedad,y de la peor,la soledad y la incomprensión. Y eso lo hace la Iglesia a través de sus hijos y lo culmina el sacerdote con esas palabras en nombre del Señor,al que,un ladrón,con mucho estilo,en la cruz,"le robó la cartera del perdón y del amor". Traduzcamos esto a realidades en nuestra vida.
Gracias por tu interés y preocupación. ¡Soy un viejo camión medio gripado pero aún ruge el motor con suficiente potencia,Javier. Un abrazo!.
Estoy seguro de que te queda gasolina para rato. Por cierto, presento un libro el proximo 18 de abril en Jaén con artículos del blog. Ha quedado bien, creo. Te mantendré informado. Un abrazo.
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