El hombre cree que la única certeza es la muerte, por lo que
se echa en brazos de carpe diem sin considerar que vivir el momento impide
guardar para mañana. Así que el hombre gasta, goza, come, pero no reza,
porque rezar es mirar el mundo de abajo a arriba, ser humilde. Y sólo los que hacen de su debilidad fortaleza pueden ser humildes. El mérito de
Papa es que no convierte la humildad en un acto de soberbia.
Las estatuas que erige el mundo pueden ser bellas,feas,reflejar parte de la realidad o mentir descaradamente,pero ninguna de ellas soporta un cambio de idea,moda o caprichos.
ResponderEliminarEn cambio,aquellos que miran al Señor como único ejemplo a seguir tienen vida eterna.
Un abrazo,Javier.
Es que el Señor no es una estatua ni una idea, sino el camino, la verdad y la vida. Un abrazo.
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