La compasión es la traducción de la Biblia al latín vulgar,
al día a día del hombre. Porque a través de ella Dios nos ofrece consuelo y
respuestas. Dios es el hombro, pero también la mano con la que transitas el
camino. Una mano en la que percibes el tacto de Santo Tomás y la esperanza de la resurrección. Dichosos
los que creen sin ver porque contemplan el mundo desde la fe, que no es el
lorazepam del alma ni la cafeína del espíritu, sino la respuesta de Dios.
Cuando la muerte visita nuestro entorno es el momento de decir a Dios:¡Hágase tu voluntad,Padre!.Y siempre me he hecho esta pregunta:
ResponderEliminar¿Por qué no a mí?...
Un abrazo,Javier.
Bueno, el tiempo de Dios es la vida eterna. Ya te veré por allí, si Dios quiere.
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