No lo conseguirá. Sucede que la progresía confunde la
nobleza baturra con Luis Aragonés, la jota con el achique, el sitio de Zaragoza
con el golpe franco, el Evangelio con la ideología, por lo que ve en Francisco a
un prometedor ministro de Asuntos Sociales en lugar de a un escalador de la fe
que en vez de subir los catorce ocho miles que le propone el laicismo para que
se estrelle monta el campamento base en el sermón de la montaña.
La progresía burguesa, que es la que maneja los hilos, cuenta
con el efecto placebo que su discurso tiene en la sociedad para colarle que
está a muerte con los desfavorecidos. Como el Papa. Pero si Francisco, a
imitación de Jesús, le dijera a la progresía vende lo que tengas, reparte el
dinero a los pobres y sígueme te digo yo que esta gente no tarda ni medio minuto en
hacerse de derechas.
El seguimiento del Señor no es algo fácil,porque exige un compromiso y eso les suena molesto a los que quieren nadar y conservar la ropa.
ResponderEliminarSe olvidan que S. Martín partió su capa y se la dio a un mendigo.
El Papa Francisco puede ser amable,pero eso no debe confundirse con venderse a los que niegan a Cristo.
Un abrazo,Javier.
Por supuesto que Francisco no caerá en la trampa. A la progresía se les ven las intenciones a la legua. Un abrazo.
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