El secretario general de la Conferencia Episcopal
Española, Juan Antonio Martínez Camino, elogia la humildad del sumo
pontífice por asumir gran parte de la encíclica escrita por Benedicto y a
Benedicto por desprenderse serenamente de la autoría para que la firme sólo
uno, que es una buena manera de diferenciarse de los hermanos Grimm.
Con todo, lo que importa de la encíclica es el contenido, la
interpretación de la fe como faro antiniebla. La fe, no como luz al final del
túnel, sino como señora de compañía, como resplandor cotidiano del creyente, que así percibe mejor las diferencias entre el cielo y la tierra, entre el Libro de los Proverbios y la bolsa de los refranes, lo que le permite valorar más al vuelo del Espíritu
Santo que al pájaro en mano.
La fe,don de Dios(convencido personalmente)se nutre de los textos sagrados,especialmente de las vivencias del Evangelio completadas por los ejemplos de los Hechos y de las Cartas:ellos son pruebas del cristianismo primitivo,que no antiguo ni demodé.
ResponderEliminarUn abrazo.
La fe es luz natural. El laicismo, luz de flexo. Un abrazo.
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