Sea o no Blázquez el elegido, la Iglesia tiene la santa
costumbre de dejarse guiar por el Espíritu en lugar de orientarse por la ideología. Así que
será el Espíritu el que ayude a discernir a los obispos, a los que el Papa, tal
vez con retranca, le ha pedido que lo pasen bien, a sabiendas de que una agenda
cargada de votaciones no es entretenimiento en estado puro, pero sí la vía de acceso al nuevo administrador de la alegría del Evangelio. Lo que aclara que la recomendación
de Francisco de que se divirtieran no es un modo subrepticio de relacionar la
multiplicación de los peces con la ruta del bacalao, sino con el mar de Galilea.
Espero que los obispos descansen esta noche,que duerman pero que no se duerman,amigo Javier. Y sí,Dios,a pesar de muchos,estoy seguro que andará por ahí igual que andaba por los pucheros de Sta. Teresa. Un abrazo.
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