De ahí que El Vaticano, la voz que clama en el desierto,
haya advertido de los riesgos que esconde la primera clonación embrionaria de células
madre de la que se jacta la Universidad de Oregón. Para el arzobispo de Boston,
Sean O’Malley, el supuesto logro atenta contra la dignidad de las personas porque, entre otras cosas, utiliza a los embriones como productos de usar y matar.
El experimento permite además clonar a seres humanos, que es
un modo perverso de tener mellizos de uno en uno. De ahí la crítica eclesial, que levantará ampollas entre los que supuestamente las curan. El progresismo científico no
tardará ni una misa de martes, media hora escasa, en acusar a la Iglesia de aguar la fiesta, cuando es la única
que propone que la tengamos en paz. Hay quien no entiende que el propio Hitler daría el visto bueno a una clonación que te permite que, ya que puedes, los hijos te salgan altos, rubios y sin gafas, la variante genética de una, grande y libre.
Pones el dedo en la llaga,amigo Javier.Ya sabes que algunos piensan que la llaga es buena si esa llaga la tienen los demás.
ResponderEliminarSe comienza con los embriones,total,son pequeños y se pueden "·producir" muchos;luego se sigue con los enfermos,los feos,los que no son listos...hasta lograr destruir la humanidad entera. El Armagedón es un juego de niños comparado con tanta maldad.
Frente a eso,firmeza,defensa de la vida y amor,más amor que odio.
Un abrazo.
Clonación terapeútica. El lenguaje sirve para todo. Un abrazo.
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