Berlín fabrica maquinaria bélica con la misma eficacia que automóviles de alta gama. Y la exporta con idéntico éxito. Sólo Estados Unidos y Rusia venden más muerte metalizada que Alemania, cuya Iglesia reprocha al Gobierno que no pida referencias a todos los clientes que le solicitan cuarto y mitad de misiles. Más claro: las bombas no acaban siempre en manos de los marines, sino también en la de gobernantes de países polvorín.
En cuanto a Italia, la ciudadanía con dos dedos de frente se hace cruces por la decisión de Il Cavaliere de regresar al punto de partida. No es para menos. Como Berlusconi es un peligro para la prima de riesgo el mero anuncio de que concurre a las elecciones ha motivado que las vacas flacas de la economía sureña contraigan anorexia terminal. De ahí la reacción de la Conferencia Episcopal transalpina, que lamenta la irresponsabilidad de este hombre. Quien, por cierto, no está enfrentado sólo a la sensatez, sino también a las buenas costumbres. Tanto que, en comparación con sus fiestas, una orgía es lo más parecido a hacer manitas.
El puterete viejales,además de viciosillo es malo.Un ególatra estúpido que pierde el poco sentido que debe tener ante una vagina de buen palpar mientras que los verdaderos destructores de la humanidad,masones y addendos siguen su trabajo oscuro,que no oculto.
ResponderEliminarNos toca resistir y,si es posible,dar de nuevo la batalla. Pasa que la cota de mallas templaria me sienta fatal,Javier,pero todo sea por lo que es.
Un abrazo.
Dar la batalla para ganar la guerra. Un abrazo.
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