Los errores de la economía evidencian que las matemáticas han dejado de ser una ciencia exacta, así que, invalidado el axioma que las convertía en mujer diez, la
perfección se circunscribe ahora en exclusiva al Verbo, es decir, a la literatura basada en hechos
reales, los de los apóstoles, que nos enseñan la importancia de incluir la
caridad en la
aritmética. Ponen como ejemplo al Jesús que convirtió una
pequeña sucursal de branquias en un banco de peces para repartir dividendos con
raspa a la esquelética multitud.
Aunque entre Dios y el dinero existe la misma diferencia que
entre el primer beso y una noche loca, son muchos los que prefieren la cama a la
luna, el amancebamiento con el crédito al matrimonio con la Iglesia. Se entiende
así la desolación que ha causado la actual ruina económica en aquellos que tras un breve idilio con el capital han pasado de la cartilla de ahorros a la de racionamiento.
La avaricia, que otrora rompía el saco, no da ya ni
para descoser la bolsa de la compra, de modo que los que acumulaban riqueza se han echado, a falta de monte de piedad, al pesimismo.
Les falta fe. Jesucristo asegura que ninguno de los pájaros que se
venden por dos cuartos cae al suelo sin que lo sepa el Padre, por lo que
propone al hombre, su criatura, estar menos pendiente del saldo que del cielo so pretexto de que a quien tiene al Señor nada le falta. Y al revés. Frente al Salmo 22 nada puede hacer el Ibex 35.
Me quedo con el óbolo de la viuda(pienso en mi hermana,viuda,enferma,con una hija deficiente mental y que dona 5€ a la parroquia y me pregunta si es poco,si puede hacer alguna otra cosa ya que le llevan cada domingo la Comunión y les hace bolsas para el pan,las pinzas de la ropa,delantales,como cooperación con la Iglesia),con los que dan no lo que les sobra,que tampoco está mal,sino lo que comparten con el que nada tiene...
ResponderEliminarUn abrazo.
Una vez escuché decir al arzobispo emérito de Sevilla, monseñor Amigo, que es totalmente cierto que Dios te da ya en la tierra el ciento por uno. Así lo creo yo también. Un abrazo a tu hermana.
ResponderEliminar