Pero lo suyo no es prudencia, es cobardía, porque de su
respuesta al centro de investigaciones sociológicas se sobrentiende que tres de
cada cuatro callan aunque no acepten la estrategia anticlerical de la ejecutiva
socialista. No hay que sorprenderse. La razón por la que esta mayoría
silenciosa no alza la voz es la misma por la que los reclutas no nos quejábamos
en público del rancho: los galones. Existe una prevención natural contra el
poderoso que se combate con la astucia. A mí no me ocurriría buscarle las cosquillas a
Poli Díaz, pero tampoco le diría que tiene el mejor baile de piernas del peso
ligero. No hace falta sacar al otro de quicio para ponerlo en su sitio.
jueves, 5 de diciembre de 2013
Socialistas católicos
Si Rajoy se declarara un entusiasta admirador de Fidel es posible
que no fuera Esperanza Aguirre la única de su partido que le sacara los ojos. Si,
ya que estamos, los hermanos Castro organizaran una comida familiar en el mejor
dos estrellas de Miami las bases les reprocharían que no hubieran elegido un
figón cubano para brindar a los postres por la revolución. En
cambio, el 70% de los socialistas españoles se declara católico y, sin embargo,
no reacciona ante el constante ataque de los dirigentes del PSOE a su religión.
Debe de ser esa idea tan española de que la prudencia es bella lo que les hace
creer que calladitos están más guapos.
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Decimos en Aragón "que más vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo"...y es así: es preferible tener la cara abofeteada por defender tu fe en Cristo que sentir el color de la abulia cubrir las mejillas.
ResponderEliminarUn abrazo.