Europa quiere apartar a Cirilo y Metodio, los santos padres
fundadores, de su consejo de administración mediante la supresión del arancel espiritual
que hasta ahora ha aportado textura humanista a la piel continental. Europa,
sin el abono de la Biblia, es hoy un yermo parque temático del bienestar regido
por el relativismo, modelo que propone al hombre dar vueltas sobre sí mismo
para responsabilizar a Dios del mareo.
El relativismo es la cara amable de una
dictadura que no necesita tanques para cercar la libertad, el recolector de
manzanas del árbol del bien y del mal, que sirve en compota para enmascarar el
sabor a una sociedad desganada que, en vez de maná, pide fruta prohibida para los postres, pero que
al ir a pagar se da cuenta de que está desnuda.
Sustituir un árbol centenario por uno de plástico aduciendo que no envejece,ni produce verdín a sus pies ni anidan los ruidosos pájaros en su copa puede parecer atractivo a algunos pero es estúpido y ya dijo Einstein que si algo había comprobado es la inmensidad de la estupidez humana. Un abrazo.
ResponderEliminarEl paisaje laico no es, en efecto, nada atractivo. Un abrazo.
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